Mientras nuestro grupo de trabajo de Impacto Social ha estado trabajando en la revisión de ese principio y la formulación de un objetivo de Impacto Social, este seminario web brindó un recordatorio útil de algunas de las cuestiones involucradas, cómo es la diligencia debida y cómo la legislación afecta la preparación de la cadena de suministro.
El webinar comenzó con un resumen de los objetivos de trabajo del Grupo de Trabajo Social, y luego escuchamos a Magdalena García Elorrio sobre los principios rectores de la ONU sobre empresas y derechos humanos y debida diligencia, y cerramos con el Profesor en Derecho internacional y europeo, Nicolás Bueno, sobre la legislación de la Unión Europea que cubre las cadenas de suministro que venden a Europa.
En caso de que no haya logrado registrarse o ver el seminario web en vivo, tenemos una grabación disponible para los miembros. El enlace está AQUÍ y la contraseña es grsbeef2023.
Ahora estamos en las últimas semanas de preparación para la CoP28 y se han planificado una serie de eventos centrados en la ganadería, su papel en el sistema alimentario y el papel que el sistema alimentario puede desempeñar en la mitigación y adaptación al cambio climático.
Una vez más, es hora de que adoptemos un enfoque doble para transmitir mensajes sobre la relación entre la ganadería y el cambio climático.
La primera es que la industria de la carne vacuna es plenamente consciente del problema y está trabajando en ello en todo el mundo, tanto para la mitigación, mediante la reducción de las emisiones y el aumento del secuestro cuando sea posible, como mediante la adaptación, que es esencial para todas las formas de agricultura. Tenemos que transmitir ese mensaje reconociendo al mismo tiempo que tenemos trabajo que hacer para reducir los impactos negativos y tenemos que ser bastante sinceros acerca de los desafíos.
La cuestión de la deforestación es un problema particular para la carne, ya que si no podemos detener la deforestación por parte de la industria de la carne, no podremos cumplir nuestros compromisos climáticos.
El segundo aspecto de nuestro mensaje es que la ganadería es de fundamental importancia para los sistemas alimentarios prósperos. El papel que desempeñan al convertir forrajes no comestibles en alimentos nutritivos de alta calidad para las personas no se puede lograr de otra manera, y las tierras que producen la mayor parte de ese forraje no pueden producir cultivos comestibles para el ser humano.
El ganado es enormemente importante en el mundo en desarrollo para la tracción animal, tanto para el arado como para el transporte, mientras que los subproductos de los cultivos se transforman en alimento humano y valiosa materia orgánica y fertilizantes para cultivar.
En muchas regiones, el ganado es un activo comercializable y cumple las funciones de una cuenta bancaria móvil y, gracias a su movilidad, representa un recurso más resiliente y móvil en zonas marginales que los cultivos. El ganado proporciona nutrientes en formas biodisponibles que son más difíciles de obtener de los cultivos, algunos de los cuales ya son muy deficientes en las dietas (hierro, zinc, vitamina B12), especialmente entre mujeres y niños.
Reconocemos absolutamente la necesidad de hacer que la producción ganadera sea lo más resiliente y sostenible posible para garantizar que el ganado forme parte de un sistema circular. La forma de hacerlo no es desterrarlos, sino invertir en una mejor salud animal, una mejor genética y un mejor uso de los piensos y el agua para que produzcamos más con menos. Sabemos que esto es posible: se ha logrado en algunos sistemas y las mejoras continúan en gran parte del mundo.
Las lecciones aprendidas deben transferirse a los países donde las cifras son más altas, los rebaños crecen más rápidamente y la población humana está aumentando estimulando los mayores aumentos de la demanda.
Por encima de todo, tal vez el mundo deba reconocer que cualquier cosa que esté sucediendo en la agricultura, si bien es importante, no tendrá consecuencias si no reducimos nuestra dependencia de los combustibles fósiles. El consumo de combustibles fósiles ha aumentado cada año desde que comenzaron las CoP sobre el clima hace 28 años. Esta tendencia debe revertirse, ya que en 2022 el 91% de todas las emisiones antropogénicas provinieron de combustibles fósiles.
Eso incluye el uso de combustibles fósiles en todos los sectores, y esa es la cifra que debemos tener en cuenta en todos nuestros debates. Si eso no cambia, no hay absolutamente nada que la agricultura pueda hacer que suponga una diferencia significativa.
